NUESTRA
SEÑORA DE BELEN
A finales del siglo XVII tenemos
noticia sobre la existencia de una pequeña capilla llamada “MUCUJUN”, la cual se encontraba en el lugar donde
existe la Iglesia
Nuestra Señora de Belén.
El territorio que
actualmente conforma la parroquia Nuestra Señora de Belén fue desmembrado de la Parroquia San Juan
Bautista de Milla según consta en el libro de Gobierno. Fue Mons. HILARIO BOSET, Obispo Diocesano
quien en nota fechada en Maracaibo el 14 de enero de 1858 “Erigió en Parroquia
Eclesiástica bajo el Título de Nuestra Señora de Belén el territorio civil de
Arias”.
De esta manera se erigió
canónicamente la parroquia Nuestra
Señora de Belén y se nombró a su primer Párroco Juan Bautista Arias. En el año
1941 la parroquia pasó a cargo de la orden de Hermanos Menores (Capuchinos)
siendo el reverendo padre Indalecio de Santibañez el primer capuchino que llegó a esta
parroquia.
El Padre Indalecio de
Santibañez fue nombrado como primer párroco capuchino de Belén por ser el padre
más indicado para hacerse cargo. En plena juventud dotado de un maravilloso don
de gente, buen conocedor de Mérida y su ambiente, por haber acompañado al Señor
Arzobispo Monseñor Acacio Chacón Guerra en varias visitas pastorales. Pronto su
figura de capuchino se hizo popular en Mérida y por supuesto en toda la Arquidiócesis.
El 28 de septiembre del
año 2000 la
Arquidiócesis de Mérida, representado por el Presbítero
Cándido Contreras Provicario General, recibió de la orden capuchina
representada por el reverendo Padre Francisco Robles la Parroquia Nuestra
Señora de Belén iniciándose así una nueva etapa Diocesana en la vida de esta
iglesia parroquial. A partir de este momento ha estado al frente de esta
comunidad parroquial el Presbítero Juan de Dios Peña Rojas (Párroco 2000).
En 1965 se abre en la
ciudad de Mérida, el colegio externo con el nombre de Colegio Seráfico de
Belén, el cual, se inscribe en el Ministerio de Educación y cuya resolución de
inscrito en ese departamento se recibe en abril de 1966. La finalidad, en
principio, de este centro de estudios primarios, fue la de ayudar
económicamente al Seminario que para esta fecha existía en la parroquia Nuestra
Señora de Belén quien contaba con 34 seminaristas, todos estudiantes de
Educación Media.
Los principios fueron
difíciles porque en ese mismo año fundan también en la ciudad los hermanos de la Salle, y todos sabemos el
prestigio que gozan en el campo de la enseñanza esta congregación religiosa.
Hubo que luchar mucho para poderse abrirse paso. No nos debe extrañar que la
inscripción de los dos primeros años fueran insignificantes.
El director fundador del
colegio fue el Padre Constantino de Casasola y el Subdirector el padre Máximo
Méndez, para esta fecha existía en el colegio un director seglar llamado Olivo
Olivari . Es de hacer que para el período escolar 1966 -1967 se incorpora a la
planta profesoral la
Profesora Aura Consuelo Aranguren de Ramírez, quien permanece
activa en esta institución.
En 1967 hubo capítulo
custodial y es destinado a Mérida como director el Padre Francisco Robles quien
venía del colegio San Antonio de la
Florida de Caracas. El 11 de septiembre llega a esta
residencia y se hace cargo del Plantel como Director. Vale la pena resaltar que
el Padre Francisco Robles Rodríguez dedicó toda su vida desinteresadamente, con
un gran espíritu vocacional, en pro de la formación de los niños merideños; a
él se debe lo que hoy en día es nuestro
colegio.
Para el año escolar
1967-1968 el número de alumnos era de 119 los cuales no cubrían los gastos del
profesorado, mucho menos podían ayudar económicamente al Seminario. En años
subsiguientes aumentó considerablemente la inscripción, sobrepasando en el
curso 1969-1970 los 350 muchachos.
En el año 1971 cambia de
denominación recibiendo el nombre de Colegio Seráfico “Nuestra Señora de
Belén”, nombre tomado en honor a la
Patrona de la parroquia “Nuestra Señora de Belén”.
En 1971, el Padre
Viceprovincial, Padre Plácido Gutiérrez ve la necesidad de ampliar el Colegio.
Para ello compra un terreno adjunto a la casa por la cantidad de Bolívares
45.000 mil y al poco tiempo comienza la construcción y acondicionamiento de
siete nuevas aulas las cuales empiezan a funcionar en el año académico
1971-1972. La obra tuvo un costo superior a los 192.000 mil Bolívares, ya que
se hicieron al mismo tiempo algunas reformas para el Seminario y para la
residencia de los religiosos. El Padre Plácido no escatimó recursos económicos
hasta no ver terminada totalmente la obra. Hoy es todo un colegio cuya amplitud
de aulas, luz y ventilación son conocidas por la comunidad merideña.
En 1972 estuvo como
Subdirector el Padre José Luís Rojo y posteriormente el Padre Domingo Cadierno.
La capacidad del plantel es de ochocientos alumnos y la solicitud de inscripción
sobrepasa el cupo actual.
En este mismo año
escolar el número de alumnos es de ochocientos
cincuenta y dos divididos en 15 secciones, atendidos por el Director, 15
docentes, todas ellas graduadas, más 2 auxiliares de Preescolar. El colegio es
mixto y se tiene las ramas de Preescolar y Primaria.
La vida del Colegio no
ha sido nada fácil. Se han confrontado muchos problemas que, afortunadamente,
se han podido vencer con el esfuerzo de todos, especialmente de los Superiores
Mayores, a quienes hay que reconocer su interés y su simpatía por el Colegio,
lo que debe merecer la gratitud de todos.
Las perspectivas para un
próximo futuro no son nada halagüeñas. De todos son conocidas las dificultades
económicas que próximamente se van a presentar. Si el Estado no ayuda a estos
planteles de las provincias, estos no tendrán otra salida que cerrar sus
puertas, porque no podrán cumplir sus compromisos con el profesorado, al cual
hay que pagarle lo que realmente se merece y al que tienen derecho. Esperamos, sin embargo, de la buena voluntad de los que
están al frente de los destinos de la nación.
Si esto es así el
Colegio seguirá ejerciendo en la comunidad merideña su influencia benéfica y
nosotros seguiremos formando hombres útiles a la Patria.
El Colegio fue inscrito en
la AVEC
(Asociación Venezolana de Educación Católica) comenzando a percibir el
Subsidio, gracias a Dios y a esta asignación el Colegio pudo seguir adelante.
El Reverendo Padre
Francisco Robles Rodríguez estuvo al frente de la Dirección del Plantel
hasta el año 2000. A
partir la de la presente fecha, la Institución pasa a formar parte de los Colegios
Arquidiocesanos de esta ciudad, ya que, fue entregada por los Hermanos
Capuchinos menores para que fuera dirigido y administrado por la Arquidiócesis de
Mérida, en comodato, por un lapso de veinte
(20) años. Así mismo, en ese mismo año 2000, asume la Dirección del Colegio la Profesora Aura
Consuelo Aranguren de Ramírez quien desempeñó ese cargo hasta el mes de
septiembre del año 2005. La
Profesora Aura ha laborado durante cuarenta y dos (42) años,
demostrando vocación de servicio y entrega en beneficio de los niños de esta
prestigiosa Institución. Entre otras Docentes
también es meritorio destacar por su desempeño y años de servicio las
Profesoras: Marilú Rojas de Araque, Gertrudis del Carmen Serrano Ramírez,
Edicta Peña de Guerrero, Nancy Venegas,…entre otras.
El
13 de septiembre del año 2005, asume la Dirección del Plantel la Lcda. María Eligia
Rondón Varela quien fue nombrada por Monseñor Baltazar Porras Cardozo, con el
fin de hacer realidad el sueño de la comunidad Emeritense de dar prosecución a la Tercera Etapa de
Educación Básica, aprobándose por el M.P.P.P.E. y la A.V.E.C. la apertura de cuatro
(4) secciones de séptimo grado para el período escolar 2006-2007; luego se
aprobó la apertura de cuatro secciones de octavo grado para el período escolar
2007-2008, en el período escolar
2008-2009 se aprobó el noveno grado de Educación Básica. Contando con una
matrícula desde Preescolar hasta noveno
grado de un total de mil ochocientos treinta y dos (1832) alumnos y con una
planta profesoral de 88 docentes, 11 administrativos y 10 obreros para un total
de 109 personas que laboran día a día en esta prestigiosa institución escolar.
La gran familia del Colegio continúa prestando su labor educativa bajo la
protección divina de la
Santísima Virgen “Nuestra Señora de Belén” y la bendición
especial de “San Francisco de Asís”.